Un caso de capacidad memorística extraordinaria, es el del reportero ruso Solomón Veniamin, que podia aprender por segundos y repetir sin ningún error, de arriba abajo y en diagonal listas enormes de cifras y palabras. Y lo más increíble, semanas, meses inclusos años después, las reproducía con toda exactitud.
Transformaba letras, cifras, palabras, sonidos y situaciones reales en impresiones de forma, color, luz y de sensaciones gustativas y tactiles. Para él un uno era una cifra puntiaguda, brillante, lisa y fría como el acero. El dos era achatado, rectangular y blanquecino, a veces grisaceo..etc
Una vez a la pregunta de si se acordaría de un camino, y respondió de la siguiente forma: aquella pared tenía un gusto tan salado y rugosa como la superficie de una concha, producía un ruido tan estridente al rascar con las uñas que estremecía el alma.
La clave de la memoria está en buscar anclas sensoriales que puedan atar a los recuerdos, si esas anclas combinan los cinco sentidos consiguen un mayor amarre.