Dicen que cada uno de nosotros somos tres personas: la que nos creemos que somos, la que se creen los demás que somos y la que realmente somos. Nos creemos seres complejos, sin embargo somos previsibles, somos egos con patas que sólo buscan reconocimiento, esto si ya hemos satisfecho nuestras primeras necesidades primarias (alimento, hogar, sexo, etc.) William Janes dijo «El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado». Esta búsqueda se intenta acumulando poder, dinero, cultura.
Recuerda siempre lo siguiente:
– La crítica es peligrosa porque lastima el orgullo tan precioso de la persona, hiere su sentido de la importancia y despierta su resentimiento.
– Pasaré una sola vez por este camino de modo que cualquier bien que pueda hacer o cualquier cortesía que pueda tener con cualquier ser humano, no la dejaré para mañana, ni la olvidaré, porque nunca más volveré a pasar por aquí.
– Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido aprendo de él. (Emerson)
– Con suerte llegando a una discusión conseguirás cambiar la opinión de una acción, pero su orgullo impedirá que la corrija.
– Si hay un secreto del éxito reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista, así como del propio. (Henry Ford)
Resumiendo siempre que intente tratar con el prójimo: no critique, no condene, no se queje, no pontifique, no categorice, demuestra aprecio honrado y sincero, y así despertará en los demás amistad y un deseo vehemente esto se trasladará en un desarrollo de su inteligencia emocional.