Los perfiles habituales de los manipuladores son:
– Gente malhumorada (otra técnica de manipulación) hay que intentar mantener la distancia. La mayoría de las veces lo que quieren obtener es su atención.
– Gente crítica o quejosa (otra técnica de manipulación) hay que preguntar directamente en qué podemos ayudarle, para aclarar que se esconde detrás de sus manifestaciones. Probablemente lo que quieren es que realicemos una acción por ellos.
– Gente eufórica: no paran de hablar, lo ideal es no hacer caso, no responder, ni preguntar.
– Polemistas: mantenerse emocionalmente distanciados, que no se caliente la sangre, evitar el conflicto.
– Fanfarrones: abusan de usted endosándole cuentos y éxitos, discúlpese y emprenda una retirada (váyase al baño, finja una llamada al móvil, cambie de tema, etc.)
– Interruptores: cortan continuamente, cambian de tema, reaccionar con súbito silencio para que se den cuenta.
– Postergadores o poli malo/poli bueno: «le atenderemos en su debido tiempo», «es culpa del ordenador», «no es culpa nuestra, que quiere que haga…», exponga que no quiere saber la causa, sino que quiere resultados.
¿Cómo hacerte sentir culpable?
– Para hacerte sentir culpable o víctima se suelen usar las siguientes frases: «¿cómo es posible que alguien con tu inteligencia y formación haga una cosa así?» Añaden culpabilidad sazonando con disimulada adulación. «Deberías darte cuenta de lo que me duele eso…» «Nunca dices lo que piensas» «Hazlo por mí»
– No está obligado a explicar su conducta personal a nadie. Una vez haya enseñado a la gente a no esperar que usted les de explicaciones cuando los demás se las pidan, los demás dejarán de formular estos tópicos. Siéntase dueño de sus explicaciones.
– Ser importante es ser incomprendido.
– Cuando crea que nunca podrá satisfacer la demanda de una persona ante la que usted se explica, pregúntele ¿cree que podría entenderlo alguna vez?
– Ejercite la práctica de ser discretamente efectivo mediante el sistema de retrasar el anuncio de sus éxitos o noticias. Deje transcurrir una, dos o tres horas y pregúntese si aún desea contarlo. Así una vez que la noticia sale a relucir parecerá que uno es… una persona modesta que se toma todo con calma.
– Si identifica las manipulaciones y las corta, seguramente le etiquetarán como poco sociable, raro. Si se siente culpable, se habrá convertido en víctima.
– Hay que enseñar a los demás como desea que le traten. Hágase las siguientes preguntas: ¿cómo le trata la gente? ¿consultan con usted los planes?
Todos somos manipulados y siempre habrá personas que muevan nuestros hilos a su antojo, independientemente de la posición social o económica que ocupemos. Este principio es fundamental para que pueda funcionar una sociedad de consumo como la nuestra, lo importante es identificar que hilos podemos cortar porque no los necesitamos para cumplir nuestros objetivos.
Varios de los comentarios y consejos de esta entrada proceden del libro que recomendamos de Wayne W. Dyer titulado «Evite ser utilizado».
A continuación le dejo una referencia al libro por si le ha gustado el resumen, y quiere comprarlo para conocer más detalles. Y si lo compra a través de este enlace de afiliación ayuda a mantener este blog.