El libro «La rebelión de Atlas» o «Atlas Shrugged» según la Wikipedia:
En 1991, el Club del Libro del Mes, en cooperación con la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de America, hizo una encuesta entre los miembros del club preguntándoles qué libro había marcado una diferencia en sus vidas. La Biblia fue el primero de la lista, y «Atlas Shrugged» («La rebelión de Atlas») el segundo.
Personalmente es uno de los libros que más me han hecho recapacitar, sobre todo profesionalmente y en mi día a día en el trabajo, recomiendo encarecidamente su lectura.
El libro se plantea qué importancia puede tener el individuo dentro de las titánicas realizaciones colectivas de esta era industrial.
En el libro encontrarás personajes muy bien trabajados, por ejemplo, de Rearden, mi favorito, indica que incrusta su nombre a todo cuanto toca. Resulta, fácil formarse una opinión acerca de su carácter. Desprecia las evocaciones al pasado por considerarlas un acto de insubstancial debilidad.
Una de sus mejores frases es:
Yo no tengo tiempo para estar molesto
Le gusta avanzar en su objetivo, aunque al principio estas tareas fueran rutinarias o sin valor alguno, para él todo cuanto recordaba de aquellas tareas, era que los hombres que le rodeaban no parecían saber nunca lo que estaban haciendo, mientras él sí lo supo. Esos hombres trabajaban en esas tareas rutinarias sin prestar atención, sin estudiar posibilidades de mejora, únicamente pensando en acabarla. Mientras Rearden estudiaba nuevas formas de mejora, dónde estaba el negocio, qué factor diferencial podía darle él.
Se muestran ejemplos de cómo el dinero sólo es un instrumento de cambio, que no podría existir si no se produjeran géneros, ni hubiera hombres capaces de generarlos. El dinero no es el instrumento de los plañideros, ni de los saqueadores que lo arrebatan a la fuerza. El dinero sólo es posible gracias a quienes lo producen.
Cuando se acepta dinero en pago del propio esfuerzo, se hace bajo la condición de que luego se podrá cambiar por el producto del esfuerzo ajeno. El dinero es una prenda de honor.
El hombre honrado es aquel que comprende que no puede consumir más de lo que ha producido. Así el grado que alcance la productividad del hombre será también el de su recompensa.
Quien intenta comprar el cerebro de su superior para que le sirva reemplazando con dinero su capacidad de juicio, termina por convertirse en víctima de sus inferiores.
A continuación le dejo una referencia al libro por si le ha gustado el resumen, y quiere comprarlo para conocer más detalles. Y si lo compra a través de este enlace de afiliación ayuda a mantener esta plataforma.