Este es un post invitado de Rafael Vivas, uno de los fundadores de la empresa VISUALIZAMOS especialista en ayudar a empresas a pensar en imágenes (Visual Thinking). Desarrollan proyectos de visualización con las más importantes empresas de nuestro país y es una de las referencias nacionales relacionadas con el Visual Thinking o Pensamiento Visual. Desde aquí quiero agradecer a Rafael su colaboración con este blog para acercarnos estas herramientas o metodologías al mundo del aprendizaje visual y la educación. Sin más os dejo con su artículo de cómo ayudó a su hija con los deberes mediante ejemplos de mapas mentales aplicando sus conocimientos sobre aprendizaje visual.
En los años 70 del pasado siglo, un grupo de arquitectos de San Francisco empezaron a mostrar interés por la jerarquía de la información y la visualización de datos. Aquel primer impulso permitió, muchos años después, que se empezara a hablar de una nueva disciplina, el «Visual Thinking», como recipiente de todo lo que se había hecho en el campo de la visualización: desde la infografía periodística hasta lo que empezaba a denominarse «graphic recording», pasando por la visualización de diagramas o la comunicación visual.
Llegando ya a nuestra era digital, asociamos «Visual Thinking» a una forma de trabajar diferente, pero nos olvidamos de su enorme potencial en el ámbito educativo. Aprender, enseñar y pensar con materiales visuales es una responsabilidad que nos compromete a todos. Los educadores, por los beneficios que se obtienen gracias a la representación visual y a la incorporación de dinámicas de juego. Los padres, por las posibilidades de convertirnos en embajadores de esta nueva metodología contribuyendo a un desarrollo más completo de nuestros hijos. Y los alumnos, por enfrentarse a la captura del conocimiento de una forma activa sin esperar a que los estímulos los manden otros.
El significado más común del término «Visual Thinking» suele ser la habilidad para pasar de lo intangible a lo tangible, pero Visual Thinking no es sólo convertir lo abstracto en visual, sino lo más importante de todo, aprender a pensar con imágenes. Cuando uno explica un territorio utilizando un mapa, la discusión del grupo aparece mucho más centrada. Todos podemos comentar la imagen y mientras hablamos de ella estaremos memorizándola sin apenas esfuerzo.
Pero claro, hablar de esto es muy fácil, pero hacerlo es más complicado. El problema al que se enfrenta esta forma de trabajar son los prejuicios, en especial una frase que se repite mil veces: «yo no sé dibujar».
Pero hubo un tiempo en el que dibujábamos sin parar, cualquier cosa, por complicada que esta fuera. Dibujar como cuando éramos niños es la forma de combatir este prejuicio. No importa el resultado final, lo importante es traducir lo abstracto a imágenes concretas.
Dentro de las posibilidades de incorporar la visualización al mundo de la educación, la principal de todas ellas sería trabajar con «Mapas Mentales».
Los Mapas Mentales son diagramas de círculos unidos por líneas o flechas que representan una realidad de forma global. Por decirlo de alguna forma, es un tipo de esquema que consiste en poner en el centro de la hoja el asunto del que vamos a tratar, y dejando que salgan alrededor suyo las flechas a los conjuntos que tienen importancia en la representación del tema que se trate.
Otro artículo interesante: elementos de un mapa mental
La principal ventaja que tiene trabajar con mapas mentales es el poder observar, de una vez, la totalidad de un proyecto. Al verlo representado en un solo plano podemos conectar unos puntos con otros, pero lo mejor de todo, podemos compartirlo con los alumnos o con nuestros hijos y comprobar si nuestra visión coincide con la de ellos. Hacerlo ya es suficiente recompensa, porque nos permite sustituir la habitual pasividad del estudiante por la actividad del que está creando algo.
Volviendo a la auténtica justificación de trabajar con materiales visuales, de lo que se trata es de traducir algo abstracto a una imagen, por lo que un mapa mental es una forma sencilla y rápida para hacer esta traducción.
Este es el ejercicio que le propuse a mi hija Esther (9 años de edad): «tienes que convertir el tema 2 de lengua en un mapa mental».
Como podréis ver, Esther hizo un ejercicio de visualización correcto, en el que se incluían todos los epígrafes del tema 2, sin dejarse ninguno. ¿Qué beneficio le provocó a Esther hacer este mapa mental? En primer lugar, tuvo que leer con atención cada epígrafe, preocupándose en incluir lo más importante. Pero en segundo lugar, y mucho más importante, Esther memorizó sin ningún esfuerzo el temario, puesto que al hacer el mapa mental ya lo tenía fotografiado en su cerebro. Ya lo había hecho suyo. Por ese motivo siempre recomiendo que los mapas mentales tengan diferentes colores para cada agrupación, para poder recuperar sin esfuerzo la fotografía que se guarda en nuestro interior.
Aún así, le pedí a mi hija un nuevo esfuerzo: «Esther, tienes que hacer el mapa mental con dibujos». Y esto fue lo que me entregó al cabo de unos minutos:
Esta representación visual está mucho mejor que la anterior. En la anterior se resumía y copiaba lo fundamental del tema 2, pero en esta nueva versión Esther ha tenido que entender perfectamente el significado de cada epígrafe, como para encontrar una metáfora visual que pueda representar cada contenido. En este caso además de memorizar y hacer un ejercicio de síntesis, la comprensión ha sido completa. A Esther nunca se le olvidará este tema, tendrá grabada la hoja con sus dibujos en lo más profundo de su corazón.
Podríamos escribir mucho más sobre Visual Thinking aplicado al mundo de la enseñanza, pero con este primer acercamiento seguro que conseguimos despertaros el apetito. De eso se trata, de conseguir que el aprendizaje sea toda una experiencia … visual.
necesito las herramientas de aprendizaje,emowe
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