Consejos de Edward De Bono de su libro «Aprender a pensar»
Un pensador eficaz, es alguien que tiene confianza en lo que piensa. No porque confía que está en lo cierto o porque vaya a encontrar respuesta a sus problemas, sino porque puede enfocar deliberadamente y a voluntad en la dirección que desee. Como alguien que controla su pensamiento, en lugar de vagar de idea en idea, de emoción en emoción. Un buen pensador define sus objetivos y se decide a conseguirlos.
Nuestro pensamiento es una búsqueda perpetua de estos caminos familiares que hacen innecesario el pensamiento. La mente trabaja para encontrar en el mundo exterior esquemas familiares y encontrar sentido en la incertidumbre y en la confusión.
Esquemas: El reconocimiento de esquemas a segur donde nuestra mente está cómoda es una propiedad maravillosa de la gente, que nos permite saludar a los amigos, hablar varias lenguas, pero a veces esto nos lleva a equivocaciones.
Ejemplo: ¿Es posible la escalera de la figura superior?
El pensamiento lateral trata de hacer que uno pase de un esquema a otro, tal como se hace por intuición. El proceso de pensamiento lateral provoca;
A veces nos brinda otra forma pero no es mejor que la que teníamos.
La usamos y nada resulta
La usamos y encontramos una idea mejor.
A menudo personas muy inteligentes se vuelven conformistas, aprenden las reglas del juego y las usan para llevar una vida cómoda.
El movimiento se obtiene de diversas maneras, extrayendo el principio de la idea y sugiriendo una provocación para ver un camino lateral posible.
Pensar implica pasar de un estado de conocimiento a otro superior.
Si tuviéramos toda la información sobre un tema, pensar se volvería innecesario.
Un buen oyente escucha más de lo que se dice.
La mayoría de las veces, recibimos discursos en pocos argumentos racionales pero que están apoyados por un gran peso de palabras cargadas de valor. Algo habitual en medios de comunicación, política.
Se puede disfrutar del pensamiento siempre que no creas que tu ego está amenazado. El posible ridículo nos bloquea, nos preocupamos por defender nuestro ego, en vez de analizar el retraso o ruido de nuestro pensamiento.
Un pensador también debe ser capaz de contemplar el tipo de pensamiento usado por otras personas. Al examinar el pensamiento pueden venirnos a la cabeza las siguientes áreas de observación; bloqueos, recurrencia, puntos emocionales, posibles dificultades.
Si el pensamiento es una habilidad que va a utilizarse de una manera concentrada y deliberada, tenemos que ser capaces de dirigirla a voluntad. Es la propia rigidez de la estructura la que da libertad al contenido.
La disciplina es algo extremadamente importante en el desarrollo de las técnicas de pensamiento.